“Nadie puede hacer ahora pronósticos fiables para julio y agosto” afirmó el pasado domingo 12 de abril, la Presidenta del Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha recomendado esperar antes de hacer planes de vacaciones. Algo que corrobora las expectativas poco favorables para el sector turístico.
Ya desde antes de que entrara en vigor el Estado de alarma el pasado 14 de marzo, y se produjeran restricciones a la libre circulación de personas, se registró una menor demanda de servicios turísticos por la incertidumbre y el efecto precaución ante el Covid19.
El primer hito lo marcó seguramente la cancelación del Mobile World Congress en Barcelona el 13 de Febrero. A finales de ese mismo mes se produjo una cuarentena obligatoria para un millar de personas en un hotel en Tenerife, pero ya debido al virus, que entraba en escena. La orden SND/257/2020 del 19 de marzo, establecía la suspensión de apertura al público de todos los hoteles y alojamientos similares, ubicados en cualquier parte del territorio nacional, realizándose el cierre en el plazo máximo de siete días naturales desde la entrada en vigor de la orden.
Antes del brote, la Organización Mundial del Turismo había previsto un crecimiento positivo de entre el 3% y el 4% para este año. Sin embargo, ya el 6 de marzo revisó sus perspectivas de llegadas de turistas internacionales para 2020, cifrándolas en un -1% a -3%, lo que supone una pérdida estimada de entre 30.000 y 50.000 millones de dólares en ingresos procedentes del turismo internacional.
Durante el mes de marzo la actividad turística en España fue cayendo: el 4 de marzo a un -11,6%; el 11 de marzo a -46%; el 17 de marzo a -88%. En los hoteles urbanos, la combinación de la reducción de la ocupación de entre un 75% y 80% al 10%, y la cancelación de eventos corporativos, provocó unas tensiones de tesorería inesperadas en apenas 10 días, agudizadas por las devoluciones de los anticipos.
En informes de finales de marzo, la OMT preveía un descenso en el turismo internacional entre el 20 y el 30%. Pero el único antecedente moderno de crisis sanitaria, la del SARS de 2003, provocó que en la zona Asia Pacífico el turismo tardara 8 meses en recuperarse, con pérdidas que llegaron al 44%.
Según Exceltur, el impacto del Covid19 en España para este 2020 se estima en 54.700 millones de pérdidas respecto al escenario previsto a principios de año.
Con este panorama, las consecuencias para el sector hotelero a corto plazo son, de manera no exhaustiva:
- Tesorería. Contener OPEX y retrasar en la medida de lo posible CAPEX, ante la caída en picado de los ingresos y su probable lenta recuperación. Según Colliers International, en su informe de Enero 2020, la previsión de inversión para 2020 en España era de 2.351 millones de euros (32% en reformas y 68% en obra nueva). La situación del COVID19 llega poco después de la quiebra del gigante inglés Thomas Cook y la incipiente competencia de otros destinos mediterráneos, que se empezaban a recuperar.
- ERTES. Fundamentales para asegurar la continuidad del negocio. Tras la orden del SND/257/2020 del 19 de marzo, se pueden incluir entre los supuestos de causa de fuerza mayor.
- La renegociación de alquileres de establecimientos entre arrendador y arrendatario, bien con moratorias, rebajas u otros mecanismos.
- Los contratos de los turoperadores con los hoteles, principalmente vacacionales. Si el turoperador adujera fuerza mayor para cancelarlos, podría suponer un grave perjuicio para los hoteleros, ya que aparte de perder todas las garantías de reservas, probablemente tendrían que devolver los anticipos satisfechos por los turoperadores.
- Grandes agencias de viaje online (OTAS en inglés). Ya han anunciado que aceptarán cancelaciones de sus clientes y les devolverán el dinero aunque la tarifa contratada sea no reembolsable.
- Contratos de gestión. Suelen ser contratos a largo plazo, y que en un caso como el del Covid19 debería afectar a ambas partes, propietario del activo y gestor, por igual.
Como medidas correctoras, Exceltur propone algunas que ya se han adoptado en otros países de Europa:
- Posponer el pago de pago de impuestos y cotizaciones a la seguridad social.
- Facilitar la liquidez empresarial.
- Sustituir cancelaciones/devoluciones por bonos canjeables, incorporándolo en la legislación.
- Garantizar la capacidad de gestión de los ERTES.
- Facilitar la posibilidad de renegociación de los alquileres de activos turísticos.
Se desconoce todavía el impacto en la demanda, pero es previsible que se recupere a dos velocidades: una más rápida, de viajes de proximidad y en vehículos particulares (nacional) y otra más lenta en viajes con transporte compartido (tren y avión) de carácter tanto nacional como internacional. De hecho, en un informe publicado el ocho de abril por el Departamento de Empresas de la Generalitat de Cataluña, avisa que en Francia “la mayoría de los franceses escogerán el territorio nacional antes que el extranjero una vez pasada la crisis y el confinamiento, y querrá tener garantías sobre la capacidad sanitaria de los destinos”. Además el uso del avión se puede resentir de un efecto “pánico a espacio cerrado”, más acusado en vuelos transoceánicos.
Según la IATA, en el segundo trimestre se prevé un desplome del 70% del tráfico aéreo y del 40% en el tercer trimestre, por lo que ante la caída brusca de ingresos, las compañías aéreas parecen abocadas al rescate por parte de los respectivos Estados (Norwegian, Finnair, Air France, etc.).
Por otra parte, la irrupción del teletrabajo y el auge de las videoconferencias puede impactar también en los viajes de negocio, no sólo inter-empresas, sino en la celebración de Congresos, Ferias y Conferencias.
Se estima que la velocidad de recuperación y vuelta a la normalidad será diferente por países y continentes, y puede que por hemisferios, debido a la estacionalidad, lo que condicionará más aún la movilidad.
Cada país enfrenta ahora sus propios desafíos en un escenario que requiere mucha ayuda por parte de las instituciones, innovación y capacidad de negociación. La gran estrategia en estos momentos puede ser la transformación de los hoteles actuales en Hoteles Saludables, con adopción de medidas que mitiguen la presencia del Covid19 y que venzan las reticencias de los clientes a convivir en espacios cerrados donde van a interactuar con otras personas. Algo que el enfoque de Arquitectura Saludable puede hacer posible. En suma, transmitir confianza en que los espacios son seguros respecto a posibles contagios.
Publicado previamente en LinkedIn el 13 de abril 2020 https://www.linkedin.com/